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_”Capacidad que tiene una persona o un grupo de personas, para recuperarse frente a la adversidad y así poder seguir proyectando su futuro.”_

Cuando nos encontramos alineados con nuestro centro, generamos emociones elevadas, basadas en el amor, la compasión, el altruismo, la gratitud. Sentimos una confianza plena de que cualquier cosa que ocurra es para nuestro crecimiento personal sintiendo que nos acercamos a nuestro objetivo de vida.
Sin embargo, cuando no tenemos objetivo, navegamos hacia la corriente nos lleve, como un barco sin capitán ni dirección en medio del océano.
Desde pequeños nos han inculcado un sistema de creencias que nos han condicionado y nos han hecho conformarnos con lo que creemos merecemos.

No nos atrevemos a pedir, no nos atrevemos a soñar, ya que la mente analítica (falso yo) se impone en todo momento para decirnos que es imposible realizar aquellos sueños o ilusiones que tenemos.
Vivimos navegando a la deriva culpando al viento, al oleaje o a la naturaleza de nuestro destino, cuando en realidad, no nos damos cuenta que somos nosotros los que hemos decidido no tener brújula ni dirección. Dejamos que los demás dirijan nuestra vida, buscando con ello su aprobación.

Ese es el principal problema, nos han enseñado a buscar la felicidad a través de los otros, creyendo que si agradamos a nuestro entorno, nos sentiremos bien. Con esta forma de existir, entramos en una vorágine de la cual no sabemos como salir, intentando desesperadamente satisfacer a los otros para ser merecedores, sin saber porque, este comportamiento nos hace sentir cada vez mas inseguridad y miedo.

Todos sabemos que las empresas que tienen éxito se han formado a base de una estrategia, la cual contiene una serie de objetivos a alcanzar, a corto, mediano y largo plazo.
Entonces porque esto no lo aplicamos a nuestras vidas?. Si no nos preguntamos que queremos, que nos hace feliz, hacia donde queremos dirigirnos, buscando nuestra propia satisfacción interior, como vamos a tener éxito en nuestra empresa que es nuestra propia vida?.
Los grandes visionarios pasados y presentes de este planeta, no son diferentes al resto de personas, tienen los mismos potenciales y habilidades que cualquier ser humano. La diferencia estriba en que han sabido ver con claridad hacia donde se querían dirigir.

Conoces la historia de Silvester Stallone?. Antes de ser el famoso actor que actualmente es, vivía en la pobreza, no tenia cubiertas sus necesidades básicas; tan fue así que tuvo que vender a su único amigo, su perro “Butkus”, por la cantidad de 25 dólares. Lo hizo obligado pues ya no tenia dinero incluso para alimentar a su fiel mascota.
Poco después de este incidente, que el cuenta ha sido uno de los mas duros que ha vivido en su vida, acudió a una pelea entre Mohammed Ali y Chuck Werner, este último un boxeador desconocido sin títulos a sus espaldas; y aunque la pelea oficialmente la gano Ali, Chuck pudo demostrar al mundo que incluso un “perdedor” podía poner entre las cuerdas al gran Ali.

Este suceso inspiro a Stallone para escribir en poco más de 20 horas, la historia de un boxeador venido a menos, que a través de su esfuerzo y motivación llego a convertirse en campeón de boxeo y con ello cumplir su sueño.
Al intentar vender el libreto, dos productores de Hollywood se mostraron muy interesados en él, viendo el potencial que la historia de Stallone aportaba. Le ofrecieron 125,000 dólares; cantidad nada desdeñable dadas las circunstancias en las que se encontraba Stallone. Sin embargo, el lo rechazo. Tenia claro que quería protagonizar la película de su propia historia. Los productores llegaron incluso a ofrecerle 350,000 dólares por el libreto, pero se oponían a que un desconocido protagonizara la película. Stallone no renunció a su sueño y con una enorme convicción, no cedió.
Al final, los productores le pagaron 35,000 dólares por la historia con la condición impuesta por Stallone para ser el protagonista.
Una vez tuvo el dinero, Stallone quiso recuperar a su fiel amigo “Butkus”, y tuvo que desembolsar la cantidad de 15,000 dólares para que el nuevo propietario se lo volviese a vender. Hoy todos conocemos la película “Rocky” que fue la que hizo famoso a Stallone y lo catapultó a la fama. Como anécdota de esta motivadora historia, “Butkus” figura tanto en “Rocky I” como “Rocky II” y en los créditos del film puedes ver su nombre como Butkus Stallone.

Como esta historia, te puedo contar muchas más, son personas como tu y como yo; han llegado lejos porque se han atrevido a soñar y han tenido claridad para saber hacia donde se dirigían.

Hace tiempo escuche una frase que me quedo grabada en la memoria: “Si pides como mendigo, obtendrás como un mendigo”. Si piensas que no eres merecedor y tu mismo pones limitaciones, recibirás en la medida que has pedido. Es una regla de oro infalible.
Cuando comenzamos a preguntarnos que queremos desde nuestro interior, sin escuchar el ruido externo, algo dentro de nosotros se despierta, activa el motor que nos hace seguir cuestionándonos hacia donde queremos ir. Es ahí donde comenzamos a sentirnos “motivados” para continuar explorando. Esa es nuestra esencia, el experimentar y disfrutar mientras lo hacemos.